domingo, 5 de junio de 2011

La ciudad del miedo

Desde la década de los ochentas, cuando America Latina experimentó lo que se conoció chomo la década perdida (aquella donde nace la estanflacion como fenómeno económico, en el que hay un fuerte estancamiento aunado a una poderosa y creciente devaluación)las ciudades se comenzaron a transformar en relación ya no solo con la geografía del territorio, sino con las capacidades económicas de sus habitantes.

Los mas ricos y pudientes, tuvieron sus casas en las zonas mas exclusivas y con mejor infraestructura publica. Las clases medias encontrarn en la zona céntrica de la ciudad un lugar donde habitar sin tanto lujo, pero cerca de sus empleos y necesidades.

Los pobres, por otro lado, fueron ucaso completamente distinto. Ellos se recluyeron a las zonas limítrofes de la ciudad, abusando de los terrenos baratos y amplia, sirviendose de la ilegalidad que la autoconstruccion representa, para hacerse de sus hogares.

Por lo tanto, para el inicio de la década de los noventa, la ciudad se encontraba perfectamente segregada en cuanto a la geografía económica de los ciudadanos.

Sin embargo, las fuertes crisis que han afectado a las naciones han provocado un nuevo nivel de segregación dentro de la ciudad, luego de que la separación económica dejara de ser suficiente.

Los muros, guardias armados y el miedo a la otredad se volvieron el nuevo factor clave para la estructura de las ciudades.
Los mas ricos, encontraron en los pobres un temor que los ha llevado a habitar lugares cada vez mas cerrados; enclaves fortificados.

A través de las zonas mas ricas no solo en America Latina, sino de todas las ciudades en general, se pueden encontrar calles cerradas con grandes rejas; guardias armados y casetas de vigilancia protegiendo zonas residenciales y una fuerte atmósfera clasista que te invita a alejare de ese espacio si no perteneces a el.

En El DF la zona mas accesible y representativa de este fenómeno es Lindavista. Lindavista a pesar de ser una zona de escuelas y hospitales, ofrece muchas complicaciones para transitarla o pues fuera de las avenidas principales, todas las calles se encuentran enrejadas, protegidas por vigilantes en casetas y gestionadas por sociedades de colonos.

Esta nueva fortificación del miedo ha provocado que las ciudades dejen de ser cada vez mas ciudades para volverse, poco a poco, fortlezas

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