domingo, 5 de junio de 2011

Cuando la ciudad pertenece a la corporación

De entre las distintas interacciones que se reconocen en las ciudades, quizás una de las mas novedosas y peculiares, es la que se da cuando un espacio destinado a ser habitado pretende por completo a una corporación.

El caso de Sakhasonke Village, en Sudafrica, es un claro ejemplo.
La empresa General Motors, junto con el gobierno y algunas asociaciones no gubernamentales, creó, en Port Elizabeth, un pequeña ciudad exclusivamente usada por los mas pobres de la región.

La idea de este proyecto fue, supuestamente, ofrecer vivienda barata y digna a personas que hasta ese momento habían experimentado condiciones de vida deplorables.

La verdadera intención, sin embargo, era distinta. El mapa satelital de la villa Sakhasonke revela que justamente a lado, se encuentra una de las plantas de la General Motors.

La villa, completamente amurallada, tenia como verdadera intención atraer a esa vivienda mano de obra barata y totalmente disponible.
Curiosamente, enfrente de la villa hay un gran campo de golf, totalmente inaccesible para los habitantes de Sakhasonke.

Esta iniciativa, no obstante, no es mala. Quizás el fin no sea el mejor, pero vivienda digna y sencilla para personas sumamente necesitadas no puede tener consecuencias negativas.

En México uno de los casos mas similares puede ser el Corporativo Carso, en Polanco.
Integrado por Torres que cuentan con todos los servicios, desde gimnasios y bares hasta comida a la puerta con el buen zazón Sanborns, los habitantes no tienen por que salir de ahí.

Estas nuevas interacciones dan paso a un nuevo tipo de ciudad, amurallada, cerrada, que explicaremos con Tereesa Caldeira.

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