A lo largo de todo el mundo, en las ciudades, pero ya no solo en ellas, encontraremos asentamientos irregulares que, en su mayoría, dan hogar a gente de escasos recursos; a personas solas, o a trabajadores flotantes.
De manera alarmante, este fenómeno se vuelve cada vez más común.
Este cuadro ejemplifica, a grandes rasgos, esta situación.
En México la situación también es alarmante. Si bien las slums, o lo que aquí equivale a tal no llegan al grado de países como India o Brasil, encontramos una proliferación masiva de hogares de papel en las zonas conurbadas, casi slums, en las que habitan en condiciones muy particulares desde personas que trabajan en la capital y sólo habitan esas casas al momento de dormir, hasta familias enteras en un espacio muy reducido.
¿Son estas cuasi slums la salida ideal para el problema de sobrepoblación en las zonas urbanas? ¿No es preferible atraer los reflectores sobre las autoconstrucciones dentro de la zona urbana misma? ¿Son ambas, quizás, dañinas para el desarrollo urbano en general?
La situación cada vez se vuelve más complicada, a la par que las ideas y opiniones divergen y se escinden en distintas posturas mayormente contrarias.
En México aún estamos a tiempo de solucionar las cosas, ya que no se cuenta con la población de países como india ni grados de pobreza demasiado extremos.
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